El primer carnaval de la Fundación se celebró de manera casi improvisada gracias a Margarita Cueto en el año 2000, juntándose un grupo de vecinos a comer el pote de antroxu, destacando ese año más por la parte gastronómica que de disfraces.
Sin embargo, esto dio origen a la que hoy es ya la tradicional fiesta de carnaval, con su menú tradicional, especialmente los postres caseros de la época y su concurso de disfraces.
Los años 2001 y 2002 se celebró en el local grande, con su desfile y todo, pasando ya en el año siguiente a hacerlo en la carpa, donde había más sitio para el desfile de disfraces y el espectáculo que traía consigo por parte de los participantes.
El concurso de disfraces se caracteriza años tras año por su sana competencia entre los participantes en originalidad y representación, de tal manera que muchos de ellos ya comienzan a pensar y prepararlo mucho tiempo antes y no se llega a conocer a algunos de los participantes hasta que realmente se quitan la máscara.
Durante todos estos años hemos disfrutado, hemos reído y nos hemos emocionado viendo cada desfile, cada disfraz y cada anécdota que nos queda grabada en la mente.
La asistencia y los disfraces son de lo más variado, disfrazándose en alguna ocasión hasta un perro! Otros destacaron por sus efectos especiales, sonoros y luminosos, casi como en el cine… Otros por su arte delante del público, bailando, cantando, diciendo rimas… Otros por su paciencia y ocurrencia a la hora de confeccionar el disfraz y otros por estar un rato divertido y pasar unas risas todos juntos.
El concurso fue tomando forma y aumentando sus premios, de tal manera que en el concurso hay categoría infantil y categoría de adultos, así como menciones especiales para parejas y grupos y el premio especial otorgado a la originalidad, trabajo artesanal y puesta en escena. Todo ello no seria posible sin un jurado aleatorio totalmente imparcial, distinguido año tras año por su ya famoso sombrero…
En cuanto al menú de antroxu, ya se ha convertido en tradicional los famosos callos, con los postres caseros de la época, destacando los típicos frixuelos.
Desde aquí animamos a todos a seguir pensando nuevos disfraces y, sobre todo, a seguir participando en la fiesta más divertida y desenfadada del año.