Muy cerca de los locales de La Fundación hay un viejo roble, que todos conocen como "el roblón”. Este árbol centenario, que parece que interrumpe el paso en medio del camino, fue recreo de paseantes y fuente de inspiración de artistas, como buena muestra tenemos de ello con la acuarela que tan magníficamente nos dejó pintada Miguel Ángel Velasco.
También fue nuestra fuente de inspiración como logotipo de la Fundación. Qué mejor emblema que un árbol propio de nuestra región y símbolo de Ferrera. Se convirtió así en uno de nuestros símbolos, siendo el otro, como no podía ser menos, el hórreo, construcción igualmente autóctona y además patrimonio de la Fundación, guardando similitudes ambos entre sí.
Así pues el roblón dio lugar a nuestro logo, conjugando su forma y colores con las letras y el nombre de la Fundación.
A raíz del diseño del logo en papel, se fue reflejando en distintas formas artesanales: